Cuidadores de ancianos, origenes en Argentina
HISTORIA DE LOS CUIDADORES DE ANCIANOS EN LA ARGENTINA
Extracto del Manual Argentino para el Cuidado de Ancianos - 1986 - Prof. Dr. Hugo Valderrama
Cuando iniciamos la formación de cuidadores en Argentina, en 1985 en la Provincia de Santa Fe, frente a una provincia y un país desinteresado o muy poco preocupado por la capacitación del recurso humano de base para el cuidado de los ancianos y la difusión gerontológica a la población, nuestra mayor preocupación era poder estimular a la gente para que concurra a los cursos de formación, “ Necesitábamos cantidad ”.
Así dictamos cursos sistemáticamente y con éxito creciente hasta para cien personas, cifras que evidentemente poco tenían que ver con lo pedagógico. A pesar de esta circunstancia, se producía un clima de máxima atención, en una población de alumnos deseosos de aprender. A todos los docentes también nos fascinaba observar el entusiasmo puesto de manifiesto por el alumnado.
Costaba mucho homogeneizar los conceptos en auditorios tan heterogéneos, dado que sus edades fluctuaban entre los 18 y 70 años, y sus niveles de educación, desde la simple primaria completa hasta el universitario. Pero justamente, esa diversidad y lo motivacional eran sus características. Prácticamente todos los cursos que dictamos en Santa Fe fueron totalmente gratuitos, solamente en los últimos dejamos de extraer dinero de nuestros recursos personales para que los mismos alumnos se hicieran cargo de los gastos que insumían los locales, las luces, el café, o golosinas de los intervalos, las fotocopias, etc., a partir del cobro de una mínima cuota mensual destinada a tal efecto y al pago de los docentes.
Los equipos profesionales eran demasiado numerosos. Llegamos a convocar a más de veinte para un curso de 200 hs. Claro está que se jerarquizaba el curso en sí mismo, pero era muy difícil coordinar un perfil educativo.
En los primeros cursos, los alumnos se sentían motivados a llevar adelante la capacitación porque estaban cuidando empíricamente ancianos desde mucho tiempo atrás y vislumbraban una posibilidad de mejorar sus conocimientos y oficializar su tarea (entre estas personas también había algunas que eran estimuladas a estudiar por los dueños o directores de establecimientos geriátricos, e inclusive por las mismas autoridades de inspección de los hogares), otro grupo lo hacía interesado en su propia vejez y en la temática en general; y un tercero se sentaba en una silla para aprender, pero también se hubiesen sentado si el curso hubiese sido de botánica o de dibujo y pintura. Este último grupo era el más pequeño en todos los cursos de formación y el que generalmente no llegaba hasta el final. Sin embargo, el interés era creciente y lo vocacional también crecía con el grupo en una totalidad.
La presencia femenina era ampliamente mayoritaria (97 %), tal vez pueda ser entendida por varios factores, pero creo que el determinante es que el cuidar, en nuestra sociedad, es una actividad llevada a cabo por las mujeres y su sustento se halla en la relación del cuidado madre - hijo.
Un problema que se planteó a poco de iniciar los cursos fue la necesidad de apoyo para poder continuar con la tarea. No me refiero a un apoyo económico, con el que no contábamos, sino a la colaboración necesaria para coordinar esfuerzos y evitar centralizar en una sola persona todas las responsabilidades. En este sentido, a partir del nacimiento de la Asociación Argentina de Cuidadores de Ancianos y de su accionar, se estructuró un organigrama que incorporaba la jefatura de trabajos prácticos y los auxiliares docentes (cuidadores de ancianos que se habían destacado por sus dotes personales y espíritu de liderazgo), quienes permitían descentralizar tareas y funciones en general.
La actividad teórica siempre fue muy atractiva para los educandos, el problema giraba por los aspectos prácticos del cuidado, por los lugares donde desarrollarlo, por la diferenciación de las tareas inherentes al cuidado de aquellas que corresponden a otras áreas y a otras profesiones, (enfermería, podología, fisiatría, etc.) y por encontrar el personal más adecuado para el dictado de clases prácticas.
La problemática de la actividad práctica fue una constante en todos los cursos, que desvió, en algunos aspectos, el perfil de los cuidadores egresados, restándole eficacia a su formación. Después de muchos ensayos, detectamos que los cuidadores que posteriormente hacían cursos de enfermería (auxiliares o profesionales), con el tiempo se transformaban en excelentes profesionales y que se destacaban significativamente de las demás enfermeras. Este recurso humano es el más apto para la docencia en las clases prácticas de los cursos; porque conoce todo el espectro del cuidado y las técnicas de enfermería, sin perder de vista lo profundamente humanitario de cada actividad, y delimita adecuadamente los campos de acción de cada uno.
Cuando las experiencias en Santa Fe fueron enriqueciéndose con la incorporación de más centros de formación bajo nuestra supervisión como: Rosario, Ceres, Gálvez, San Lorenzo, entre otros tantos, comenzamos a difundir y a ayudar a organizar cursos en todo el país.
Capital Federal, comenzó a dictarlos sistemáticamente desde su entonces la municipalidad , dos años después, en 1987.El gobierno de la ciudad de Buenos Aires, a través de la Dirección de la Tercera Edad presta servicios de cuidadoras domiciliarias a personas mayores de 60 años residentes en Buenos Aires que no cuentan con cobertura social, indigentes y a los casos sin apoyo familiar.
En 1993 el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (INSSJP) firma un convenio con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social para la formación de auxiliares gerontológicos domiciliarios. También se conforma un subsidio a través del programa PROSOI, pero no se establecen requerimientos para la capacitación de los cuidadores.
En 2002 se capacita en forma conjunta a beneficiarios de planes sociales como cuidadores domiciliarios polivalentes entre el INSSJP y el Ministerio de Desarrollo Social.
En 2004 se firma un convenio entre el Ministerio de Trabajo Empleo y Seguridad Social para formalizar planes sociales creándose el mecanismo de monotributo social.
En 2005 se firma un convenio entre Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, el INSSJP para llevar adelante la capacitación profesional y la promoción de empleo en tareas como la de los auxiliares gerontológicos polivalentes.
En 2006 se firma un convenio entre el Ministerio de Trabajo Empleo y Seguridad Social, el INSSJP y desarrollo social para insertar como prestadores no exclusivos del INSSJP a los cuidadores de ancianos.
Situación Actual
La experiencia de más de 20 años en la capacitación de cuidadores, fue marcando un rumbo distinto. Siendo nuestro proyecto una realidad nacional, hoy transitamos la etapa de la búsqueda de la calidad y enfrentamos nuevos desafíos como son : el cuidado de los que cuidan, la especialización de los que cuidan dementes, la problemática de las familias cuidadoras y la aprobación de las leyes que deben enmarcar la actividad, etc.
Es necesario que los cursos continúen dictándose para establecer una red nacional de formación y que además, se estandaricen los programas, las técnicas del cuidado, la bibliografía, etc., respetando la idiosincrasia de cada región para la óptima formación de los recursos. A tal efecto, creamos la página www.Gerontologica.com, en donde alumnos de habla hispana de todo el mundo pueden acceder a su formación a través de distintos cursos de geriatría y gerontología, a través de aulas virtuales disponibles 24x365.
Este programa marca un hito en el proceso. Hoy contamos como elementos probados, actualizados y de fácil difusión para la formación masiva de cuidadores en cualquier país.
Prof. Dr. Hugo Valderrama