Articulo

Las 4 enfermedades más comunes en la vejez

Incontinencia
Se trata de una alteración frecuente, molesta y potencialmente incapacitante de la vejez. Se define como la pérdida involuntaria de orina o heces, en cantidad o frecuencia suficientes como para representar un problema social, psíquico, y de salud.
Entre las causas posibles cabe destacar los trastornos urológicos y neurológicos y otros problemas como hipomovilidad o disfunción mental, inodoros inaccesibles y alteraciones psíquicas que pueden originar o contribuir a este trastorno.
En general la capacidad vesical disminuye con la edad, la orina residual se incrementa y son frecuentes las contracciones involuntarias.
Esta patología es curable en muchos pacientes ancianos, sobre todo los que tienen movilidad propia y función intelectual normales. Cuando no es curable se trata de mantener al paciente en forma tal que tanto su diario andar como el de sus acompañantes, sea lo más fácil posible.

Osteoporosis
Trastorno importante de la vejez, a menudo origina complicaciones que producen dolor, discapacidad e inmovilidad, y la posibilidad de fracturas vertebrales, o de cadera. Se trata de una alteración generalizada de la masa ósea.
Su presencia puede ser asintomática, sólo descubierta en radiografías de rutina, o manifestaciones iniciales relacionadas con dolor sumamente intenso que se precipita por algún esfuerzo.
El tratamiento efectivo, consiste en la provisión de calcio complementario con la dieta, vitamina D, calcitonina, estrógenos, y especialmente ejercicios físicos.
Los mecanismos preventivos son los de mayor utilidad, pero para que puedan evitar fracturas y morbilidad, debe comenzarse después de la menopausia, y continuarlo durante 10 o 20 años siguientes.

Inestabilidad y Caídas
Por ser tan frecuentes, se encuentran entre las principales causas de muerte. Es probable que sean un indicador de la fragilidad de los ancianos. Existen varios factores relacionados con la edad que contribuyen a este cuadro y la mayor parte se origina por uno o varios de ellos, interactuando con los riesgos ambientales.
Es probable que los cambios en el control postural y la marcha desempeñe un papel importante como causal. La edad avanzada se relaciona con menores estímulos propios, reflejos correctivos más lentos, menor fuerza en músculos importantes en el mantenimiento de la posición, y aumento de la oscilación corporal.
Puede significar la pérdida de su autonomía, y la merma en su calidad de vida, provocando aislamiento social.

Inmovilidad
Es la vía común a través de la cual muchas enfermedades y problemas del anciano producen mayor discapacidad. Con frecuencia es imposible prevenirla, pero sí pueden evitarse muchos de sus efectos adversos. Las mejoras relativamente pequeñas en la inmovilidad logran reducir la frecuencia y gravedad de las complicaciones, con lo cual le mejoran su bienestar, y el de las personas que lo atienden.
El tratamiento óptimo de los pacientes geriátricos inmóviles requiere una valoración minuciosa, diagnósticos específicos y un plan de modalidades múltiples dirigido a las discapacidades específicas. La intervención de un Equipo de Profesionales de la salud, logra los fines terapéuticos esperados.

Úlceras por decúbito
Son unas de las alteraciones más habituales, previsibles y tratables relacionadas con la inmovilidad del anciano. Existen cuatro factores fundamentales que inciden en su aparición:
presión, fuerzas de corte, fricción, y humedad.
La tarea de enfermería es puramente preventiva para evitar su presencia; una vez establecidas, la actividad asistencial debe ser compartida con el grupo familiar, y si se trata de un paciente con internación domiciliaria, se efectuará capacitación para el Autocuidado.
 

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