Las comidas en las personas mayores
Para nuestros mayores, la hora de la comida se puede transformar en uno de los momentos de máximo placer del día.
Así como es habitual que los ancianos nunca se sientan del todo satisfechos por su movimiento intestinal, también lo es que las comidas diarias generan quejas.
Respecto del primer punto debemos considerar, que cuando los que hoy tienen 85 - 90 años, tenían 20 - 30 ó 40 años, la medicina era muy distinta, el movimiento intestinal era considerado prioritario y las “purgas” habituales.
Cuando leemos los textos de clínica médica o de cirugía de esos tiempos, nos llama la atención que prácticamente no existían enfermedades a las que no se les indicará como terapéutica “la limpieza intestinal”.
Desde esa medicina a la actual, mucho ha cambiado, pero los mayores crecieron con esos conceptos y hábitos. De todos modos, cabe reflexionar al respecto por qué pasamos de un extremo a otro. Hoy los ancianos suelen permanecer internados o institucionalizados y los profesionales que los atienden controlan casi todo, pero del movimiento intestinal ni se acuerdan, y como resultante de esto, los bolos fecales son patología cotidiana.
Relacionado con el segundo punto, la satisfacción o no de la comida, debe ser analizado considerando varios aspectos. En principio, los médicos indican dietas que, si bien tienen una prescripción precisa y no son cuestionables en su concepción, hacen a algunos alimentos casi “incomibles”. Además, los ancianos, por el sólo efecto del paso de los años tienen disminución del sentido del gusto, del olfato y de la vista, imprescindibles para desear y saborear los alimentos.
Cuando nuestros abuelos o bisabuelos se casaron, seguramente lo hicieron con delicados juegos de platos de loza, cubiertos especiales, manteles bordados, juegos de té de porcelana, etc., etc. Desde esa época a la actual, mucho cambió.
Pero si deseamos obtener buenos resultados con nuestras comidas, todos los aspectos deben ser considerados:
La higiene de los alimentos (las infecciones, intoxicaciones y otros trastornos asociados con la comida son muy frecuentes, como también nuevas enfermedades causadas por microorganismos que antes no se conocían).
Los consejos para una buena elección en la compra de los elementos (reconocer pescados o carnes en mal estado, huevos no frescos, las fechas de vencimiento, la presentación, los trizados, o aquellos que nunca lo estuvieron).
Conocer el arte de conservar alimentos, su almacenamiento, fraccionamiento, la temperatura adecuada, y su correspondiente distribución como residuo orgánico.
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La Gerontología como ciencia es relativamente novedosa, y su importancia radica en la necesidad de abordar la problemática de la población adulta mayor, que ha experimentado un crecimiento demográfico exponencial. Sumada a este crecimiento poblacional, se presenta la realidad de las personas mayores que, a diferencia de lo que ocurría hasta hace muy poco tiempo, experimentan condiciones de vida mucho más plenas y autónomas. Su objetivo, entonces, no es solo la prolongación de la vida sino que su preocupación es mejorar la calidad de esa vida.
Es por esto que afirmamos que la gerontología debe abordarse como un estudio multi e interdisciplinar que se nutra de los aportes de distintas áreas del conocimiento. La biología, la sociología, la psicología, la antropología, la demografía, la educación, la teología, la arquitectura, y otros campos del saber contribuyen en hacer de la gerontología un campo del conocimiento independiente.