Pérdida olfato en personas mayores: Anosmia, causas y consecuencias
¿Qué es la anosmia?
La anosmia es la pérdida completa del sentido del olfato. Esta puede ser temporal o permanente.
Si la pérdida del olfato no es completa se denomina hiposmia. A su vez, como la capacidad de distinguir los sabores en realidad depende del olfato, las personas con anosmia pierden en gran medida el sentido del gusto.
Evidentemente el síntoma principal es la ausencia de percepción de olores.
Puede aparecer de forma repentina o de forma progresiva pero es habitual que se inicie de manera imperceptible. Pueden manifestarse otros síntomas pero probablemente por la causa que ha originado la anosmia.
El médico le preguntará por todos los síntomas, sus antecedentes médicos y realizará una exploración física.
Es probable que le realicen una endoscopia nasal, pruebas de laboratorio (por alergias o sinusitis), tets con sustancias aromáticas, un examen neurológico y otras pruebas relacionadas con la posible causa. Si esta no fuera clara, se podría solicitar una Resonancia Magnética (RM) o Tomografía Computarizada (TC).
En los bebes a diferencia de la sordera o la ceguera es muy complicado diagnosticar anosmia hasta que llegan a una edad más adulta.
Tratamiento
Dependerá del origen que causó la anosmia.
Las originadas por inflamaciones se tratarán con glucocorticoides entre otros medicamentos y en el caso de las originadas por obstrucciones puede ser necesario una intervención quirúrgica. En las de origen neurológico el tratamiento será esencialmente el de la enfermedad neurológica mientras que las anosmias congénitas y las derivadas de una lesión cerebral no tienen tratamiento*.
Población afectada
5% de la población padece anosmia según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Diferentes investigaciones la sitúan desde el 1% hasta el 25%
Cerca de 400.000 personas sufren anosmia en España.
Se produce una pérdida de olfato con la edad. Las personas de entre 20 y 40 años detectan entre un 50 a 75% de los olores mientras que entre 50 y 70 años el porcentaje baja al 30-45%.
Se estima que por encima de los 60 años lo sufren entorno al 50% de la población y un 80% por encima de los 80.
Efectos en la nutrición
Las consecuencias de la pérdida del olfato pueden ser graves. Un aspecto es que los afectados ya no disfrutan de las comidas. Y es que, si bien la lengua hace una división gruesa en dulce, ácido, salado y amargo, la nariz hace el trabajo fino.
Esto hace que algunos afectados coman menos y bajen de peso, lo cual es peligroso en edad avanzada y en el caso de personas de por sí frágiles. Además, cuando la comida pierde sabor se pierde una de las pocas alegrías que depara la edad avanzada.
Si se nota la falta de apetito en una persona cercana, hay algunas cosas que pueden hacerse. La solución es apelar a otros sentidos más allá del olfato y generar otros incentivos para comer: por ejemplo lo crocante de un pan, o un plato bien dispuesto y de forma colorida y tentadora.
La falta de olfato también complica la vida de las personas en la rutina diaria: si no se perciben los olores, como por ejemplo si es necesario lavar una prenda o darse uno mismo un baño, uno se siente más inseguro socialmente. Además, el olfato es un importante sistema de alarma cuya pérdida está asociada a riesgos: las personas mayores con problemas olfativos suelen ser más propensas a intoxicaciones con alimentos y accidentes domésticos. Sin olfato, ya no perciben si la leche está vencida o si se está quemando algo sobre el horno.
Cuándo buscar ayuda
Dado que el olfato no parece en principio un sentido tan importante, las personas no suelen ir al médico hasta que ya es tarde. Sin embargo, el sentido del olfato puede entrenarse, lo que produce un aumento de células olfativas. A veces, dependiendo de la causa, modificar la medicación o inhalar también pueden mejorar el cuadro.
Causas y soluciones
Los cambios en el sentido del olfato pueden deberse con frecuencia a un resfriado, gripe, sinusitis, alergias o a crecimientos en la nariz, como los pólipos nasales.
Estos pueden hacer que usted deje de oler (anosmia), pero también que huela cosas que no están allí (fantosmia), como humo o cosas quemadas. Puede presentarse también reducción del olfato (hiposmia) o cambios en el olor de cosas conocidas (parosmia).
Es común perder un poco de esta capacidad al envejecer.
Limpiar correctamente el interior de la nariz puede ayudar. Irrigar con una solución salina puede ser beneficioso, en caso de que la causa sea una infección o alergia, según el Servicio de Salud del Reino Unido.
La solución salina puede elaborarse en casa (consulte con su médico), pero es posible también comprar en la farmacia la fórmula y mezclarla con agua, siempre y cuando tenga el dispositivo de irrigación.
No deje de ir al médico si el olfato no vuelve satisfactoriamente al cabo de unas semanas. Lo examinarán para descartar sinusitis o pólipos.
Además …
- La pérdida de olfato puede ser una señal de alerta de otras enfermedades.
- La pérdida de olfato en personas mayores puede apuntar a un riesgo de muerte temprana.
- La anosmia puede venir acompañada de otros síntomas como depresión o falta de apetito. La pérdida de olfato puede venir acompañada de sintomatología depresiva, debido a que estímulos olfativos asociados a recuerdos emotivos ya no se pueden sentir, lo cual hace que la persona sienta que ha perdido parte de su capacidad de recordar.
- La pérdida de olfato afecta a la memoria. Recuerde que es este sentido el que tarda solo medio segundo en reconocer los aromas almacenados en nuestra memoria. El ser humano puede reconocer más de 10.000 olores diferentes. Y según estudios aún más recientes en EEUU, el ser humano puede distinguir al menos un billón de olores diferentes, muy por encima de los 10.000 estimados hasta ahora por los científicos, lo que puede arrojar luz sobre cómo el cerebro procesa información compleja.
- Es importante en la búsqueda de pareja y relaciones. Un bebé es capaz de identificar el olor de su madre y viceversa, además las mujeres tienen mayor capacidad para reconocer olores.
- La pérdida de olfato afecta al sexo. Puede darse pérdida de líbido al no detectar olores sexualmente excitantes. En relación a la vida sexual, el olfato es esencial. Las feromonas, encargadas del aroma particular de cada ser humano, son las que provocan la atracción y excitación entre dos personas. Cuando existe anosmia se puede perder el deseo sexual. El neurólogo Alan Hirsch señaló que “el 25% de las personas que han perdido el sentido del olfato, también pierden una parte de su función sexual”.
A día de hoy la anosmia está menospreciada por las autoridades. Sufrir esta discapacidad a penas supone un 4% de minusvalía y no suele estar reconocida. Ni siquiera en personas que empleaban el olfato en sus trabajos.
Fuente:
https://asociacionanosmia.com/anosmia/
https://www.seniorsuites.cl/temas/los-riesgos-de-perder-el-olfato-en-la-tercera-edad/