Articulo

Suicio en personas mayores

Sociológicamente, algunos de los datos más significativos sobre el suicidio son los siguientes:
La muerte por suicidio es más frecuente en hombres, y su frecuencia aumenta con la edad.
El suicidio femenino presenta una frecuencia creciente a lo largo del siglo XX.
Desde los años 60 se aprecia un aumento de suicidios en adultos jóvenes de ambos sexos.
Para la prevención del suicidio se proponen medidas de prevención que contribuyan a mejorar la salud mental general y centrar especialmente la atención en los grupos de población más expuestos (por factores sociales, culturales, o por problemas de salud) al riesgo de suicidio. Uno de esos grupos son los enfermos incurables y los ancianos, especialmente después de acontecimientos críticos de su vida, tales como pérdida del cónyuge, jubilación, etc.
En las personas mayores la falta de salud física y mental, la falta de amistades y familia, la muerte de un ser querido, un cambio de vida repentino y la pérdida de empleo y de la situación social (sobre todo en hombres tras la jubilación), junto con un descenso brusco de los ingresos, van frecuentemente asociados a altas tasas de suicidio.
Al ser los adultos mayores uno de los grupos de riesgo de suicidio es necesario estar atentos para poder prevenir y anticiparnos a la posibilidad de un desenlace de estas características.
La comprensión y la aceptación de las personas son elementos fundamentales para prevenir.

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