Articulo

Un nuevo concepto: El geroturismo


¿Qué es el geroturismo?

Hay una clara tendencia en nuestros tiempos, crear neologismos, uno de ellos, el geroturismo, une el concepto de persona anciana o mayor con el del turismo, en la línea de conceptos como agroturismo, ecoturismo… Aparte de que guste o no la palabra, lo que sí es gratificante y bueno es que los adultos mayores disfruten del tiempo libre y que, si es su deseo, viajen y conozcan otros lugares, pues una de las ventajas de la edad es la de disponer de tiempo y calma para conocer los lugares que apetece.

Cruceros, grandes rutas, estancias en sitios de ensueño… o salidas a sitios cercanos, excursiones organizadas, visitas a amigos en otros lugares… No es necesaria una cuenta abultada en el banco para poder disfrutar del placer de viajar, lo que sí es imprescindible es tener las ganas de hacerlo. Eso lo saben las personas que llevan años disfrutando de viajes organizados por el Imserso, sus comunidades, ayuntamientos o sus asociaciones.

La clave es la buena programación

Las personas de edad avanzada, si no tiene problemas altamente invalidantes no deben quedarse anclados en sus casas o residencias geriátricas. Para que los viajes tengan más probabilidades de éxito, es aconsejable una programación buena y una serie de recomendaciones de sentido común.

Claves para viajar en la tercera edad

Es recomendable viajar acompañado. Si se tiene algún problema crónico o de movilidad, es un requisito imprescindible. Los grupos con personal especializado son muy recomendables cuando se viaja con algún condicionante en este sentido.
Controlar la medicación durante el viaje. Cuando salimos del lugar habitual de residencia solemos volvernos algo más laxos en cuanto a las medicaciones. Las personas mayores, sobre todo las que presenten problemas crónicos, deben seguir con las rutinas farmacéuticas igual que en su casa o en su residencia de tercera edad. No estará de más llevar también un pequeño botiquín para emergencias. Si el lugar de destino exige vacunas, habrá que tenerlo en cuenta.

  • ¿Dónde ir? El sentido común nos ayudará en eso. Si hace calor tendrán preferencia lugares con temperatura suave, si es invierno, lo ideal son balnearios, sitios cálidos, turismo cultural… Siempre siguiendo la máxima de que lo más importante es que al sitio que vamos, nos apetezca ir.
  • ¿Qué me pongo? Si el destino es caluroso, ropa clara, amplia y de tejidos naturales, sombreros, filtro solar y gafas. Si es frío, ropa adecuada para resistir las temperatura, gorro y guantes. En cualquier clima, calzado cómodo y en caso de no saber bien, llevar un poco de todo en la maleta, para que no nos pille una subida o bajada de temperatura sin nada que ponernos.

Es importante vigilar lo que comemos. Si vamos en viajes organizados la comida suele estar programada y controlada. Es todo caso, hay que beber suficiente agua, comer de forma moderada para evitar problemas digestivos, evitar comidas fuertes y procurar consumir alimentos frescos, estos últimos asegurándonos de que están bien lavados y con control sanitario.
En definitiva, para disfrutar del viaje, no debemos hacer locuras que no haríamos en nuestra casa en la residencia de mayores, como comer cualquier cosa o salir por la noche en mangas de camisa. Sin embargo, uno de los placeres debe ser disfrutar de la diferencia, de que los horarios son distintos, de que los paisajes son nuevos, de las nuevas personas que se conocen… Esas «locuras» son altamente recomendables.